Los alumnos del programa UniDiversidad de Fundación ONCE tendrán hasta fin de año para hacer prácticas laborales

Los jóvenes con discapacidad intelectual participantes en el programa UniDiversidad de Fundación ONCE, que cuenta con el apoyo del Fondo Social Europeo, tendrán de plazo hasta el próximo 31 de diciembre para llevar a cabo las prácticas laborales previstas en esta iniciativa.

Los responsables de Fundación ONCE han tomado la decisión de ampliar el periodo de prácticas de este programa después de analizar la actual situación de estado de alarma provocada por la crisis sanitaria del coronavirus, que ha llevado también al cierre de la enseñanza presencial en las universidades españolas.

De esta forma, los casi 350 alumnos que se están beneficiando de los programas puestos en marcha por las 23 universidades españolas que participan en la iniciativa podrán terminar con el proceso de formación que iniciaron el pasado otoño y que debía finalizar con el curso académico.

El programa UniDiversidad aúna a la Administración Pública, al sector privado y a las entidades sociales de los territorios de las distintas universidades con el objetivo de promover la integración social de las personas con discapacidad intelectual y eliminar las barreras que encuentran en este cometido.

Va ya por su tercera edición, con lo que desde su puesta en marcha se han beneficiado de él casi 900 jóvenes con discapacidad intelectual. En cada curso se ha ido incrementando el número de universidades participantes, de forma que ha pasado de las 15 en la primera edición hasta las 23 en la actual.

Los cursos, que comenzaron el pasado 9 de septiembre, forman a un mínimo de 12 y un máximo de 15 alumnos. Su objetivo principal es implicar a las universidades, como agentes decisivos en la inclusión social, en la formación de jóvenes con discapacidad intelectual, cuyo acceso a la educación superior resulta aún insignificante.

En esta ocasión, las universidades seleccionadas han sido las madrileñas de Alcalá de Henares, Camilo José Cela, CEU San Pablo y Politécnica; las andaluzas de Almería, Granada, Jaén, Málaga y Pablo de Olavide en Sevilla; además de las universidades de Barcelona y Gerona, Burgos y Salamanca, de Cantabria, Castilla-La Mancha, A Coruña, Murcia, Pública de Navarra, Rovira i Virgili en Tarragona, y las universidades de La Rioja, Alicante, Valencia y Miguel Hernández, de Elche. De ellas, las universidades de Barcelona, Gerona, La Rioja y Politécnica de Madrid participan por primera vez.

Actualmente, no hay datos estadísticos de personas con discapacidad intelectual en la educación superior y su presencia se limita a casos aislados. A nivel global, las personas con discapacidad sólo están representadas en un 1,7% en los estudios universitarios de grado y el porcentaje es aún inferior cuando hablamos de estudiantes de máster, posgrados o doctorados.

Solamente entre el 5% y 6% de las personas con discapacidad tienen estudios universitarios hoy en España, a pesar de que la Estrategia Europea 2020 habla de un horizonte del 40%.

Las universidades participantes en esta iniciativa incluyen en sus programas formativos un periodo de prácticas en los campus o en empresas externas ordinarias. Las universidades han planteado estas prácticas en la modalidad de empleo con apoyo, para lo que han contado con preparadores laborales.

Fruto de ello, al finalizar las dos primeras ediciones, 60 de los 551 participantes fueron contratados por las entidades o empresas en las que hicieron las prácticas. En la segunda edición de esta iniciativa participaron un total de 21 universidades, y 328 jóvenes con discapacidad intelectual se graduaron en los distintos títulos propios que pusieron en marcha las entidades académicas.

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