Los ciudadanos quieren mantener el buen humor ante la crisis y saber cómo pueden ser solidarios para ayudar

Los ciudadanos quieren mantener el buen humor ante la crisis y saber cómo pueden ser solidarios para ayudar, según indica el estudio ‘Covid-19 Primer impacto actitudinal ante el estado de alarma contra el coronavirus’ que ha presentado Grupo Análisis e Investigación, en colaboración con Estudio de Comunicación y Villafañe y Asociados.

El trabajo aborda la situación social de las personas en España como consecuencia del confinamiento y sus actitudes y reacciones ante los impactos de comunicación que les llegan de medios, instituciones, empresas y marcas. El objetivo es entender esas reacciones y así poder tomar decisiones en relación con los diferentes públicos objetivo de cada organización.

El informe se compone de tres partes: primer impacto psicoemocional en la nueva situación; actitudes ante instituciones, compañías y marcas, y proyección de expectativas en distintos plazos de futuro.

El primer capítulo trata sobre las necesidades prioritarias de las personas tales como estar bien informado y saber cómo progresa la pandemia de verdad, cómo sentirse implicado, poder ser solidario y sumarse a acciones de ayuda y, entre las más importantes, ser capaz de mantener el humor.

Asimismo, se recoge la inquietud del receptor sobre lo que espera de las administraciones, para que luchen contra la crisis y tomen medidas acertadas; y de los medios de comunicación, para que los ciudadanos puedan recibir una información contrastada y veraz, en tono emocional neutro y en dosis ‘soportables’.

En el estudio se pone de manifiesto que el receptor desea que las marcas acompañen a los ciudadanos y consumidores, «que se note que están ahí», que se perciba que escuchan así como que apoyen a instituciones, empleados y clientes y que comuniquen de forma cercana, tranquilizadora, amigable y no excesivamente estridente.

ACTITUDES

La segunda parte del estudio Covid-19 se centra, fundamentalmente, en estudiar las actitudes ante instituciones, compañías y marcas y analiza, por sectores, la notoriedad actual de las primeras marcas.

Entre sus principales conclusiones, el trabajo destaca que la situación actual de crisis y confinamiento está marcando un cambio de prioridades en los consumidores que habrá que vigilar en los próximos meses para ver de qué modo se establece la nueva relación.

De todos modos, indica que los consumidores penalizan muy fácilmente la ausencia de comunicación/acción en las marcas, las iniciativas poco generosas y “siguen siendo hiperexigentes”.

Hay una alta sensibilidad en cuanto a las acciones de comunicación de las compañías más representativas, especialmente las de capital social español, porque la comunicación es la ‘única ventana’ que tiene ahora el ciudadano para vincularse a las marcas y sus comportamientos.

HÁBITOS

El tercer volumen del informe estudia los cambios en los hábitos de compra y consumo y las proyecciones a futuro ante un proceso significativo de ruptura que va a marcar el futuro próximo, el estilo de vida y consumo.

Vaticina un mayor acercamiento a los sistemas de compra en remoto, ya sea vía app o de modo virtual a través de cualquiera de las opciones que ofrece Internet, por lo que considera que es un momento óptimo para aumentar la capacidad de adaptación por parte de las empresas para migrar a estos formatos y aumentar su visibilidad, así como para desarrollar algunas apps específicas más avanzadas y para el teletrabajo.

Además, aunque no se evidencia un cambio total de paradigma, sí se incorporan nuevas exigencias de responsabilidad solidaria a las marcas. Cabe destacar que algunos de los colectivos consultados muestran intención de vetar a empresas que han tenido una mala actuación durante la crisis (con sus trabajadores, o en sus acciones/discursos externos).

Para lograr los objetivos del estudio se ha empleado la metodología cualitativa con Videogrupos y grupos en móvil vía Whatsapp: 2 videogrupos de 9 participantes cada uno centrados principalmente en el rango más joven debido a su mayor familiarización con la tecnología y disponibilidad, con una duración de 2,5 horas; y 2 grupos en móvil de 11 y 12 participantes cada uno durante tres días para el rango de mayor edad. ya que permitía una mayor disponibilidad, adecuación de los tiempos y un mayor conocimiento de la herramienta.

Se identificaron cuatro perfiles diferentes, de distintos segmentos de edad y sexo (Jóvenes entre 19 y 25 años; Dinkies o parejas sin hijos entre 29 y 40 años; Familias entre 38 y 50 años; y Nidos Vacíos de personas entre 52 y 67 años) de zonas geográficas como Madrid, Barcelona, Sevilla, Bilbao, A Coruña y Valencia, entre otras.

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