Las Mesas Conjuntas del Congreso de los Diputados y el Senado aprobaron este viernes el primer Plan de Igualdad de las Cortes Generales, con el único voto en contra de Vox, que lo considera “innecesario” por haber más funcionarias que funcionarios, más mujeres que hombres en los altos rangos y una media salarial un 12% superior para las trabajadoras.
Según sintetizaron fuentes parlamentarias, el Plan establece tres objetivos fundamentales: reducir las desigualdades que puedan persistir en el ámbito del acceso al empleo público parlamentario, de su carrera profesional y de la representatividad; apoyar la conciliación de la vida personal, familiar y laboral y el ejercicio corresponsable de los derechos; y prestar una especial atención a la prevención de la violencia y del acoso, así como a aquellas situaciones que necesitan especial protección, como las requeridas por las víctimas de violencia de género.
Se desglosa en ocho grandes ejes: las medidas de carácter organizativo; la garantía del principio de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en el acceso al empleo público; la mejora de la igualdad en el desarrollo de la carrera profesional y las retribuciones; la formación, información y sensibilización; la presencia equilibrada de mujeres y hombres en los órganos de representación del personal; el tiempo de trabajo, conciliación y corresponsabilidad; la erradicación de la violencia de género y la protección frente a otras situaciones de acoso; y la utilización de lenguaje no sexista en la comunicación y documentos que se elaboran en las Cámaras.
La elaboración de este Plan corrió a cargo de la comisión paritaria integrada por representantes de la Administración parlamentaria y representantes del personal designados por la Junta del Personal de las Cortes Generales y por los comités de empresa del personal laboral de cada una de las Cámaras. Su texto se elevó y aprobó hoy en las Mesas Conjuntas.
La presidenta del Senado, Pilar Llop, que ejerció de anfitriona de esta reunión de las Mesas, destacó que con este Plan se aprueba “un instrumento que sitúa la igualdad de oportunidades como principio rector” del funcionamiento de las Cámaras y, aunque éstas sean un entorno “privilegiado” respecto a otros espacios de la sociedad, ayudará a “reducir las desigualdades que pueda haber”.
PREVENCIÓN
Por ejemplo, destacó la importancia de “prevenir” posibles episodios de acoso laboral o sexual con dos protocolos incluidos en el Plan que prevén, por ejemplo, la adaptación de horarios y el cambio de puesto dentro de la misma categoría para las eventuales víctimas. También subrayó que el 93% de las jornadas reducidas que han pedido trabajadores de las Cortes para cuidar a familiares los han solicitado mujeres, por lo que se hace necesario evitar que esto suponga un freno a sus carreras profesionales. Finalmente, lamentó que “el lenguaje inclusivo no existe” en las Cortes.
Por su parte, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, resaltó que el establecimiento de un Plan de Igualdad en las Cortes era obligatorio desde la Ley de Igualdad del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que los impone para todas las administraciones con actualizaciones cuatrianuales. Llop apuntó después que el impacto económico de los cursos de formación que contempla el Plan se incorporará anualmente a los presupuestos de las Cortes.
Batet quiso reconocer que la impulsora de que se elaborara este Plan fue su predecesora, Ana Pastor, del PP, quien creó la comisión encargada de hacerlo, y también la exdiputada de Ciudadanos Patricia Reyes, quien presentó la primera proposición no de ley para que se aprobara. “Espero que sea un ejemplo útil para que otras administraciones y empresas acometan la misma tarea”, manifestó.
Desde el PP, Pastor, ahora vicepresidenta tercera del Congreso, expresó su “satisfacción por que se haya aprobado, con un poco de retraso, este plan”, y por el hecho de que los cambios en las presidencias de las
Cámaras a titulares socialistas no haya interrumpido lo que ella inició. “Ojalá hubiera más cosas en las que los grupos políticos estuvieran de acuerdo”, deslizó.
En su opinión, el “gran avance” es que se haya creado en las Cortes una oficina a la que cualquier persona que sufra discriminación o acoso se pueda dirigir. Su compañera y secretaria cuarta de la Mesa del Senado, Cristina Ayala, desveló en este sentido que el 70% de los empleados del Senado y el 71% de las empleadas afirmó en una encuesta que no sabía dónde acudir en estos casos.
OBJECIONES DEL PP
Pastor celebró que a petición suya se cambiara en el Plan el término “intentar mejorar” las desigualdades por el de eliminarlas y atestiguó haber pedido también, con menos éxito, que la palabra “conciliación”, que le parece “una trampa para las mujeres”, se reemplazara por el de “corresponsabilidad”.
Las dos parlamentarias del PP, aunque votaron a favor de un Plan que dedica un apartado específico al lenguaje inclusivo, mostraron sus objeciones al mismo. “En todo lo que tenga que ver con el lenguaje estaremos a lo que diga la RAE”, aclaró Pastor. “El lenguaje inclusivo es un concepto jurídico indeterminado. No estamos de acuerdo en el desdoblamiento (la especificación ‘senadores y senadoras’), haría todavía más farragoso el lenguaje parlamentario”, apuntaló Ayala.
En la reunión de las Mesas Conjuntas, según trasladaron desde Vox, el vicepresidente cuarto del Congreso, Ignacio Gil Lázaro, justificó su voto en contra al Plan por el temor a que «conlleve inducir a un mensaje erróneo ante la opinión pública en perjuicio de la propia institución parlamentaria, dado que efectivamente la igualdad entre mujeres y hombres se da plenamente en el ámbito laboral de la vida de las Cámaras»
«Las plantillas están equilibradas incluso con un porcentaje mayor de mujeres que de hombres. La presencia de mujeres en los máximos niveles de responsabilidad tiene un ligero predominio sobre hombres. Ambos sexos tienen las mismas posibilidades de acceder a puestos de promoción interna. No existe brecha salarial. Es prácticamente unánime la opinión de que hombres y mujeres cobran igual por trabajos de igual valor. Se da incluso una media retributiva de las mujeres un doce por ciento superior a la de los hombres».
Ante los periodistas, Gil Lázaro ironizó que el Plan se pretenda justificar con continuas cláusulas de «por si existiere» discriminación o brecha salarial, lo cual es «una mera hipótesis basada en apriorismos ideológicos», y por tanto es «innecesario». En su lugar el diputado de Vox propuso un Plan de Modernización y Conciliación acortando los horarios y aligerando la carga de trabajo de los trabajadores con un Plan Plurianual de Empleo.
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