Repsol ha comercializado ya cerca de 150.000 toneladas de fuel bajo en azufre en puertos españoles

Repsol ha vendido hasta la fecha cerca de 150.000 toneladas de fuel marítimo bajo en azufre (Vlsfo) en los puertos españoles de Algeciras, Barcelona y Valencia.

Según informa Repsol, este tipo de fuel que empezó a comercializar en 2019, es obligatorio desde el 1 de enero de este año, cuando entró en vigor una nueva especificación de la Organización Marítima Mundial (OMI), que limita el contenido máximo de azufre de los combustibles marinos en aguas internacionales al 0,5%, frente al 3,5% anterior.

En estos momentos, la energética española trabaja también para abastecer Vlfso a través de tubería en Ferrol y A Coruña, y en la logística para ofrecer este suministro con camiones cisterna y ampliar así su distribución.

Fuera de Europa, ofrece servicio de bunkering en el puerto de Lima y en Singapur. En este puerto asiático, clave en el tráfico marítimo global, Repsol ha sido muy activo en 2019, con casi 1 millón de toneladas de este combustible comercializadas.

Asimismo, Repsol ofrece en el puerto de Callao (Perú) producto con la nueva especificación producido en su refinería en ese país, la de La Pampilla.

“Repsol apoya todas las medidas que permitan mejorar la sostenibilidad del transporte», afirma José Correa, director de Crudos y Productos Pesados, quien explica que una parte pequeña de la demanda actual de fuel alto en azufre se mantendrá, pues los armadores pueden optar por la instalación en sus buques de sistemas depuradores que eliminan las emisiones.

Además, destaca que crecerá también la demanda global de gasoil marino (MGO), un destilado que se ajusta a la nueva normativa como alternativa al Vlfso y que Repsol produce y suministra.

En este escenario, las refinerías más competitivas, y especialmente aquellas con alta capacidad de conversión para transformar las fracciones más pesadas del crudo en productos de mayor valor añadido y con elevada producción de destilados (gasóleos y keroseno), pueden llegar a capturar un margen extra.

Por todo ello, la compañía española, que ha invertido en los últimos años más de 4.000 millones de euros sólo en modernizar dos de sus refinerías, Cartagena y Bilbao, «es una de las energéticas europeas mejor preparadas para beneficiarse de esta coyuntura y maximizar la captura de márgenes», afirma Juan Carlos Ramírez, director de Programación, Logística y Venta a Operadores de Refino.

«La ventaja de Repsol se basa también en la capacidad de nuestras refinerías para procesar crudos pesados», materia prima con un alto contenido de azufre, que se abaratará, «y en la demanda de destilados, que subirán de precio porque serán necesarios para producir fuel con 0,5% de azufre o se usarán directamente como combustible marino», detalla Ramírez.

En 2019, todavía sin la restricción de azufre en vigor, Repsol produjo casi 200.000 toneladas de este combustible en las refinerías de Tarragona, A Coruña y Lima. «Ahora, con la aplicación de la normativa de 2020 espera producir entre 60.000 y 100.000 toneladas al mes.

Adicionalmente a este nuevo combustible, produce en sus refinerías un volumen anual cercano a 1,75 millones de metros cúbicos de gasoil de 0,1% de azufre, que puede usarse como combustible marino.

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