Sémper desvincula su renuncia a “discrepancias” con el PP aunque le “incomoda” el actual “clima de confrontación” política

Borja Sémper, hasta ahora portavoz del PP en el Parlamento vasco, comunicó este mediodía que abandona la política para incorporarse a una multinacional y también para satisfacer “la necesidad” de ofrecer a su familia “otra forma de vivir”. Aunque reconoció que le “incomoda mucho” el clima general de “confrontación permanente” en el debate político, negó que su decisión haya sido propiciada por posibles “discrepancias” con su partido.

En rueda de prensa desde San Sebastián, Sémper confirmó que dejará sus actuales responsabilidades políticas en el PP del País Vasco para iniciar una nueva etapa como director de relaciones institucionales en una multinacional, un nuevo reto en el que ha depositado “muchas ilusiones y esperanzas”.

“Es un fin de ciclo, una etapa personal que acaba. No hay más lecturas, creedme que no hay otras circunstancias que lo hayan provocado”, explicó a la prensa, aunque dijo entender que por su personalidad y perfil político se pudieran hacer “otro tipo de análisis o elucubraciones”.

Pero esta decisión, insistió, “responde única y exclusivamente, o mayoritariamente, a la necesidad” de darle a su familia “otro entorno, otra perspectiva y de explorar otra forma de transitar por la vida”. “Hoy es el momento (de abandonar la política) y este es mi momento vital y familiar en el que ha sido oportuno”, se reafirmó.

Preguntado por si estuvo incómodo en esta última etapa del PP, bajo el liderazgo de Pablo Casado y con el fuerte auge de Vox, respondió que “no” se siente “incómodo” en su formación, sino “muy agradecido de militar y haber sido cargo electo en un partido que ha permitido que pueda expresare con libertad”.

“Por eso, (la decisión) no tiene nada que ver con hipotéticas o posibles discrepancias”, precisó, y subrayó que el PP “es un partido de centroderecha, de carácter liberal y moderado que busca el entendimiento entre diferentes y que quiere contribuir, a través de reformas, a que a sus conciudadanos y a su país le vaya mejor”.

Defendió que él siempre ha sido “leal” a lo que representa el PP al que se afilió y a lo que “el PP es”. Dicho esto, enfatizó que un partido político “no es una secta” y consideró que los “matices, discrepancias e incluso el choque debería ser saludado como algo sano”. De lo contrario, advirtió de que “estamos convirtiendo la política en cajas de resonancia” para “convencer al ya convencido”.

Tras reiterar que se siente “cómodo” en un partido que le ha permitido “expresar esa pluralidad”, agradeció específicamente a Casado su “afecto y comprensión” tras comunicarle su renuncia. También hizo extensivo este agradecimiento al presidente de los populares del País Vasco, Alfonso Alonso.

Eso sí, admitió que le “incomoda mucho un clima de confrontación permanente en la política”. “No lo puedo ocultar ni quiero ocultarlo. Me apasiona la discrepancia, pero rechazo el enfrentamiento gratuito”, indicó Sémper, antes de compartir su “amarga sensación de que la política transita por un camino poco edificante”. Además, advirtió del riesgo de convertir al adversario en “enemigo” y, en este sentido, recalcó que convendría «prestigiar la política».

Matizó, eso sí, que ésta “no es una crítica a nadie en concreto”, sino una “reflexión general”. Con la recomendación de “respetar al adversario” y tras 25 años de “compromiso político inquebrantable” donde “no pudieron matarle ni tampoco amargarle la vida”, se despidió de su etapa política, incluidos de sus años flanqueado por dos escoltas por la actividad de la banda terrorista ETA.

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