Axesor rebaja en dos décimas su previsión de crecimiento económico para España, hasta el 1,6% en 2020

El grupo Axesor prevé que la economía española crezca un 1,6% en 2020, dos décimas menos respecto a la anterior previsión.

Según informó Axesor, que ha publicado su boletín trimestral de coyuntura económica, 2019 terminará con un crecimiento económico del 2%, que se moderará al 1,6% en 2020, con lo que la economía española continuará ralentizándose.

Para la tasa de paro prevé que se sitúe alrededor del 13,5% este año, “algo impensable en ciclos anteriores”, aunque recuerda que seguirá siendo de las tasas más elevadas de la Unión Europea, y para el déficit público pronostica que no bajará del 2% del PIB.

Axesor estima que el crédito a empresas y familias probablemente seguirá cayendo este año, con un efecto negativo sobre la iniciación de viviendas y el empleo en la construcción.

Por su parte, la demanda interna en 2020 moderará su crecimiento, aunque se mantendrá como el principal motor de la economía. Las rentas de las familias seguirán creciendo a tasas notables, alrededor del 4% nominal, gracias al repunte del avance de los salarios, que compensará la desaceleración del crecimiento del empleo.

Esta favorable evolución de los ingresos permitirá que el crecimiento del consumo privado repunte ligeramente respecto a los registros de 2019. No obstante, este repunte será “limitado”, según Axesor, que prevé que las familias sigan ahorrando en respuesta a unas perspectivas macroeconómicas algo menos favorables.

El aumento del ahorro, si bien frenará el ritmo de crecimiento de la economía a corto plazo, también permitirá dotarla de una mayor resistencia de cara al futuro.

Según estas previsiones, la inversión continuará creciendo gracias a “las razonablemente favorables perspectivas de la demanda interna y al entorno financiero acomodaticio”, aunque lo hará a ritmos más débiles.

Axesor hace referencia a la dificultad de la economía española para elevar su crecimiento potencial y señala que el crecimiento del PIB previsto para este año está en línea con ese crecimiento potencial, por lo que “se hará más difícil volver a crecer por encima del potencial sin reformas estructurales”.

Los riesgos más relevantes a los que se enfrenta España considerados por esta agencia de calificación son el comercial, en el que se incluyen el ‘Brexit’ y la mayor dependencia de los mercados exteriores que tiene hoy la economía española; el político, por el gobierno en funciones y la cuestión catalana sin resolver que conllevan una incertidumbre, y el riesgo de un “aterrizaje más brusco del previsto” por parte de la economía de la eurozona.

En este sentido alerta de que esto “podría tomar a la economía española con el pie cambiado y sin haber hecho los deberes de ajuste presupuestario y, en ese caso, un posible pinchazo de la burbuja de deuda europea podría aumentar la aversión al riesgo de los inversores, con el resultado de un aumento de la prima de riesgo española”.

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