Un ingeniero ucraniano de 50 años ha comprado el fuselaje de un avión comercial de 35 metros de largo, 25 toneladas de peso y capacidad para 109 pasajeros, para construir en su jardín un parque infantil para sus hijos.
Robert Sedlar ha colocado un Fokker-100 su vivienda, ubicada en Strmec Stubicki, al norte de Zagreb, con la idea de restaurarlo y adaptarlo para que sus hijos jueguen y celebren sus cumpleaños, informa ‘thejakartapost.com‘
«Creo que a los niños les gustará mucho, porque en la cabina de piloto voy a instalar dos simuladores muy buenos, de modo que tendrán la sensación de que realmente conducen un avión», comentó Sedlar, quien compró el aparato fabricado en 1991 a la aerolínea croata Trade Air.
Según Sedlar, la parte central de la aeronave la dejará diáfana y construirá una pista de baile con capacidad para 50 personas. También tiene planeado construir una piscina a la que se podrá saltar desde una de las alas del aparato y una pista de karts que pasará por debajo del aparato.
