Policía, equipos sanitarios y sobre todo los vecinos del lugar recibieron ya al primer contingente de amantes de 'heavy', dispuestos a la gran acampada cuyo plato fuerte a lo largo del fin de semana es la actuación de la banda alemana Rammstein.
Las autoridades locales han preparado un dispositivo de unos 750 auxiliares médicos dispuestos a atender todo tipo de situaciones, desde rotura de huesos en pleno concierto a consumo de alcohol.
La idílica población, en el norte de Alemania, concentra año a año a miles de rockeros de todo el mundo, atraídos tanto por las actuaciones que discurren sobre su escenario principal como por la fama de buena armonía entre sus vecinos y los rocker.
Los primeros adoradores del 'heavy' empezaron a invadir las calles y praderas del pueblo, mientras cafeterías y supermercados reforzaron su contingente de bebida y comida para esos días.
El festival de Wacken nació hace más de 20 años por iniciativa de dos fanáticos del 'heavy', Holger Hübner y Thomas Jensen, bajista de la banda Skyline.
Desde entonces, el festival ha ido creciendo y Wacken se ha ganado un puesto de honor en el circuito internacional del 'heavy'.
Los ruidosos visitantes acuden año a año al pueblo con sus mejores galas de estilo 'metal', mientras los vecinos sacan a la calle sus mesitas de pícnic para asistir al desfile de los visitantes, sea tomando café y tartas o cervezas y salchichas.
La oferta hotelera del lugar es nula, de forma que los visitantes deben acampar por las praderas de la población, más o menos organizadas en los últimos años para evitar que la fiesta degenere en descontrol.