Pero
Up in the air no va sobre esta parte oscura de la realidad de nuestros días,
Jason Reitman ha trabajado en esta ocasión sobre el problema de las relaciones humanas, para lo que se ha servido de la novela homónima de
Walter Kirn, escribiendo el guión de la misma, y por el que recientemente ha recibido el
Globo de Oro
en dicha categoría. A lo que hay que unir, una excelente realización y
montaje, cuya máxima expresión es la trepidante acción inicial del
film, donde se nos muestra de una forma magistral el ir y venir de los
aeropuertos y toda su idiosincrasia en forma de coreografía de
movimientos e imágenes (mención especial se merece la forma en que
Clooney hace una maleta y lo que mete en ella).
Todo parece que va como quiere Ryan,
camino de conseguir su sueño dorado, que no es otro que llegar a una
cifra mágica de millas voladas por las que conseguirá la tarjeta de
cliente super VIP de la compañía aérea y que tan sólo tienen seis
personas antes que él, cuando en primer lugar aparece en escena Alex (Vera Farmiga),
una ejecutiva que como él, pasa buena parte de su vida volando, y que
su belleza y forma de vida, harán temblar los cimientos sentimentales
de Ryan; y en segundo lugar, cuando su jefe le dice que una nueva
ejecutiva Natalie (Anna Kendrick)
ha implantado un sistema informático en la empresa que ya no hará falta
que vuelva a seguir volando, lo que derrumba su sueño por un lado, y su
forma de entender el trabajo por otra.
¿Encontrar a la persona adecuada, puede cambiar la filosofía de vida de los solitarios? en el caso de Ryan parece que sí, pues su relación con Alex
le va transformando en una persona más cercana, incluso en su trabajo,
cuando dentro de la hecatombe del despedidor aparece su lado más
humano, herramienta que utilizará también con sus hermanas. Pero cuando
todo parece que va tal y como Ryan quiere, la realidad que el
distribuye cada mañana en su trabajo, al final le paga a él con la
misma moneda, y le deja huérfano de un final feliz. Hecho que queda
reflejado en una última frase final, donde nos dice, que si se le
quiere buscar, sólo hace falta mirar a las estrellas, pues la punta de
una de ellas, es el pico de las alas del avión donde el va viajando.
Up in the air, es una buena película a medio camino entre el melodrama y la comedia, con un George Clooney
que borda su papel, y que con una sonrisa maliciosa, se lleva de calle
a los espectadores, a lo que contribuyen sus compañeras de reparto con
unas más que solventes interpretaciones (cabe resaltar la belleza de Vera Farmiga).
Up in the air, es una candidata clara al
Óscar a la mejor película, si no fuera por el furor desenfrenado de las
aventuras interestelares de mounstruos y guerreros que tanto gustan al
gran público.